7. Los colegios jesuitas están comprometidos con la inter-culturalidad.

  1. Nuestro mundo hoy está infestado por la polarización y el temor a la diferencia. El resultado es el deslizamiento de la mutualidad y el discurso honesto hacia el egoísmo y la intolerancia superficial que asume muchas formas: nacionalismo extremo, tribalismo, racismo, sexismo y sectarismo. Además, una cultura consumista de mercado global que a menudo eclipsa las tradiciones y costumbres locales. Estas dinámicas, aunque tengan lugar en el escenario internacional, se presentan aún más cercanas al contexto local. Así, muchas comunidades están destrozadas por tensiones raciales, étnicas y religiosas y por la violencia insensata que engendran.
  2. Los colegios jesuitas cuentan con una rica tradición espiritual para manejar este complejo problema. Como lo recuerda la meditación ignaciana sobre la encarnación, la historia de la salvación tiene lugar en todos los lugares y es un regalo de Dios para todos los pueblos. Con este énfasis espiritual los misioneros jesuitas abrazaron el proceso de inculturación: encontrando a Dios, ya presente, en todos los lugares mientras llevaban el mensaje del Evangelio del amor compasivo.
  3. Aunque no todos los jesuitas del pasado sean modelo del objetivo de la inculturación, hay impactantes ejemplos de quienes lo hicieron. Desde el comienzo de la Compañía, jesuitas dejaron la comodidad europea para buscar modos de compromiso con la gente en regiones remotas del planeta. Por ejemplo, con la controversia de los ritos chinos en los siglos XVII y XVIII, jesuitas deseosos de fusionar elementos del confucianismo con el culto católico.
  4. Además, a nivel mundial la Compañía de Jesús reconoce la inculturación y el diálogo inter-religioso como esenciales componentes de la misión de promover la fe y la justicia (CG 34) [60] .
  5. Ninguna cultura o sociedad cae por fuera del amor salvífico de Dios, y cada persona tiene la dignidad de ser su hijo. Nuestros colegios deben ser lugares donde se alienten y realicen esfuerzos por la solidaridad y la camaradería con toda persona de buena voluntad. “Que los cristianos, dando testimonio de fe y vida cristiana, reconozcan, guarden y promuevan aquellos bienes espirituales y morales, así como los valores socio-culturales que en ellos existen”. Nostra Aetate. [61]
  6. En su alocución a los delegados en Rio de Janeiro en el 2017, el P. General Sosa resumía lo que debe ser nuestro enfoque de la educación jesuita cuando afirmamos lo que es universal dentro de un mundo inter-cultural:
  7. Para describir la idea de universalidad que buscamos dentro del proceso de globalización, puede ser útil recordar el significado original del concepto católico, que se refiere a la naturaleza universal de la iglesia, incluyendo una amplia diversidad de situaciones diferentes.
  8. También es útil recordar que el papa Francisco prefiere usar la figura geométrica del poliedro, en lugar de la esfera, para referirse a la globalización.
  9. Tanto el concepto de católico como la imagen del poliedro abarcan adecuadamente el significado de la inter-culturalidad.
  10. Idealmente cada ser humano, o cada pueblo, debe sentirse parte de la humanidad, y ser consciente de su propia cultura (en-culturación) sin hacerla absoluta.
  11. Deben hacerlo de manera crítica, alegre, reconociendo la existencia de otros seres humanos con culturas diferentes (multi-culturalidad) y estableciendo relaciones de equidad con ellas, enriqueciéndose con una diversidad de culturas que incluyen las propias (inter-culturalidad).
  12. La universalidad experimentada de este modo puede ser una forma de promover la justicia social, la fraternidad y la paz. [62]
  13. La educación jesuita debe responder positiva y activamente a la diversidad de sus estudiantes, profesores, padres, comunidades y a la red global de sus colegios.
  14. Cada uno de nosotros está llamado a ser tanto un aprendiz como un maestro, comprometido con la crucial actividad del discurso hacia una mejor comprensión. Reconociendo que todos son creados a imagen de Dios, la educación jesuita debe luchar para dar igualdad de oportunidades a todos los participantes de manera equitativa hacia un desarrollo holístico. La diversidad y la diferencia son dones para celebrarse en orden a crear una sociedad inclusiva. Dios es el creador amoroso de todas las cosas y en Dios encontramos nuestra solidaridad y lo que nos es común.

Ejercicio 25. Para el discernimiento:

En tu región del mundo:

  1. ¿Cómo evalúas este desafío?
  2. ¿Cuáles son los obstáculos más significativos?
  3. ¿Cómo podemos adaptar este desafío para todos los colegios jesuitas de manera que reflejen el mayor bien?
  4. En este contexto ¿Qué ha hecho tu apostolado educativo?
  5. ¿Qué debería estar haciendo tu apostolado educativo?

Recursos complementarios para este identificador global