6. Los colegios jesuitas están comprometidos a ser accesibles para todos

  1. En el documento de 1980 titulado Nuestros Colegios: Hoy y Mañana el entonces General Pedro Arrupe escribió:
  2. “Estamos comprometidos en educar cualquier clase de persona, sin distinción. No puede ser de otra manera, porque el apostolado educativo (como cualquier otro apostolado en la Compañía) lleva la indeleble huella ignaciana de la universalidad… Los Colegios de la Compañía, en cuanto son necesariamente instrumentos para el apostolado –afectados por tanto por la radical gratuidad de nuestros ministerios y nuestra pobreza- el acceso de los alumnos no puede estar condicionado por sus posibilidades económicas. Este es un planteamiento de fondo y un ideal” [58]
  3. El ideal del acceso para todas las clases sociales es más difícil de lograr porque el costo de la educación se ha incrementado desde 1980, con la disminución del personal religioso y la crucial necesidad de emplear laicos con salario justo. Además, los gastos han sido impulsados por la demanda del consumidor, de instalaciones de alta calidad y la necesidad de invertir en tecnología.
  4. Algunos de nuestros colegios tienen una alta dependencia de las pensiones y matrículas que puede excluir a las clases medias y más bajas.
  5. Sin ingresos filantrópicos o gubernamentales, el proceso de elitismo parece inevitable.
  6. Es importante reconocer las importantes iniciativas para proveer oportunidades educativas a los pobres materiales tales como Fe y Alegría, y los colegios Nativity y Cristo Rey.
  7. Sin embargo, muchos colegios más pudientes no pueden convertirse en acceso para una élite, separando a la gente en vez de unirla. Estos colegios deben encontrar la manera de abrirse a todos sin reparar en su capacidad de pago.
  8. Un colegio jesuita es no segregado; suministra una oportunidad de acceso para el pobre y también suministra un ambiente que desafía la comodidad desde la diversidad socioeconómica de los miembros de la comunidad.
  9. Un colegio jesuita, en respuesta a las Preferencias Apostólicas Universales de caminar con el pobre y los descartados, debe integrarlos dentro del mundo del colegio como compañeros de estudio, seres humanos con igual dignidad. Comunidades vulnerables, marginadas deben hacerse parte de nuestros colegios para ayudarnos en la camino de la promoción de la justicia social y el cambio de las estructuras económicas, políticas y sociales que generan injusticia. [59]

Ejercicio 24. Para el discernimiento:

En tu región del mundo:

  1. ¿Cómo evalúas este desafío?
  2. ¿Cuáles son los obstáculos significativos?
  3. ¿Cómo podemos adaptar este desafío para todos los colegios jesuitas de manera que reflejen el mayor bien?
  4. En este contexto ¿Qué ha hecho tu apostolado educativo?
  5. ¿Qué debería estar haciendo tu apostolado educativo?

Recursos complementarios para este identificador global