Un Ejercicio de Discernimiento

  1. Este documento es para todo el que comparta nuestra misión educativa porque todos, cada uno de nosotros, laicos y jesuitas, así como todos en conjunto, somos responsables del mundo. Nuestros colegios y cada uno de nosotros, individualmente, hemos sido bendecidos con este encargo.
  2. El propósito de este documento es invitar a todos los implicados en los colegios jesuitas a empezar, continuar o renovar un proceso de discernimiento, como el camino para proceder hacia una respuesta a nuestro contexto histórico, nuestras raíces y nuestra identidad. Somos conscientes, como nunca antes, de la siempre cambiante naturaleza de la historia, la celeridad del cambio y los muchos desafíos que enfrentamos. Sin embargo, también estamos llamados a re-descubrir que nuestra herencia ignaciana nos suministra los instrumentos adecuados para encontrar a Dios en este contexto y continuar ofreciendo educación de calidad en la tradición humanista jesuita, para preparar estudiantes como agentes de cambio al servicio del bien común.
  3. Pedimos que los directores de nuestros ministerios educativos dediquen tiempo y organicen un proceso para que nuestros equipos docentes y administrativos puedan participar en el discernimiento sobre cada una de las 28 secciones que piden reflexión y acciones para un bien mayor. Este discernimiento debe ser mirado como continuación, en general, de nuestra tradición educativa viva y en particular del discernimiento al que nos convocó el JESEDU-Rio 2017 Acuerdos finales y las Preferencias Apostólicas Universales.
  1. Este es el gran compromiso de los tiempos para nuestras instituciones y es esencial. Comprometerse con conversaciones reflexivas y espirituales para discernir nuestro modo de proceder en el interior de y para nuestras instituciones; y también es esencial para compartir y colaborar con nuestra red global. Escucharse unos a otros en todas las regiones; fortalecer nuestros vínculos; trabajar para lograr el mayor bien. Poner en movimiento lo que podamos hacer como nuestra respuesta evangélica a los nuevos signos de los tiempos.