Reflexiones de Estudiantes Parte 3 – Preparatoria Loyola del Pacífico, México

Par Grecia Donají Betancourt Gómez
Mai 30th, 2020

Desde Acapulco Guerrero, México, comparto más historias de mis estudiantes para el proyecto global “Un Día en Mi Vida: Viviendo Bajo el Covid-19”, que les ha servido para expresar sus emociones.

 

Un Día en Mi Vida: Yessenia, 16, Preparatoria Loyola, México

México es un país que actualmente está en cuarentena, cuenta con más de 3000 casos de muertes y más de 38 mil casos positivos. El confinamiento nos afectó en nuestras rutinas, estábamos tan acostumbrados a levantarnos temprano para ir a la escuela o trabajo, actualmente, nos la pasamos en la computadora esperando a que el maestro o que el jefe te mande trabajo; esto es un gran desafío para la humanidad.

La situación que estamos viviendo me ha hecho pensar y reflexionar sobre la humanidad, que está buscando su autodestrucción y su extinción y eso me hace sentir mal. Debemos de aprender que nuestra sociedad debería de trabajar en conjunto para así poder resguardarnos y poder mantener la salud, pero hay personas que no pueden quedarse en sus casas porque necesitan ir a trabajar para así tener dinero para comprar cosas para comer y eso está afectando a los países mundialmente en su venta de productos y a su economía muy fuertemente.

Mis esperanzas es que pronto todo esto se empiece a regular y que pueda pasar como una enfermedad más que salió de control y que se pueda recuperar en la crisis que está viviendo y todos puedan salir pronto de sus casas. Tengo demasiada fe en que científicos encuentren la cura para que ya no pasen tantas muertes.

También tenemos que estar agradecidos con los doctores, ya que están arriesgando su vida por nosotros, no duermen y están siempre activos, gracias a ellos, muchas personas han salido de este terrible virus.

Esto me invita a seguir participando y manteniendo mi distancia para así no contagiar a las personas y no ser contagiada, para que todo esto pueda frenarse de una manera positiva y se acabe lo más rápido posible.

 

Un Día en Mi Vida: Santiago, 17, Preparatoria Loyola, México

El mundo paralizado, la economía desplomándose y un virus que mata por centenares, encerrados y sin poder actuar. ¿Nos lo merecíamos?

Vivimos en una sociedad donde nos envidiamos unos a otros, deseando tragedias o destrozando vidas ajenas por nuestro beneficio y hoy Dios nos demuestra una vez más que pequeños somos, que un enemigo que no podemos ver nos doblega, rebasa y nos pone en la lona; este pequeño virus no conoce poderes, ni clases sociales y nos enseña  que el dinero y los lujos son efímeros y que lo que en verdad vale es el Amor que tenemos y podemos dar.

Tendremos una segunda oportunidad de vivir, de luchar por nuestros sueños, de ser más humanos, de tendernos la mano y apoyarnos, pero sobre todo de ser mejores individuos.

Mi cuarentena empezó un poco difícil ya que no estaba acostumbrado a estar en la casa, pero pude sobrevivir, no deje de salir porque tenía que trabajar en el restaurant con mis papás los fines de semana porque si no pues cómo le podemos hacer porque la verdad se va a venir muy fuerte una crisis también junto con mi papá y mi hermano y mi familia este compramos muchas despensas y las fuimos a repartir para apoyar a la gente.

Cuando fuimos a repartir las despensas sentí algo en el corazón que la verdad me impactó y me cambió porque te llega en el corazón; el compromiso conmigo con ser una persona que está dispuesta a entregar lo que puede y lo que sea necesario para otras personas vulnerables.

Ante eso, me pongo a pensar cómo le haremos en México con desempleos y tantos pobres, va a ser algo muy serio y algo muy fuerte, es un cambio que nuestra generación está por ver, pero si nos unimos, juntos como equipo todo esto nos hará fuertes.

Para finalizar, mi esperanza es que encuentren la cura del coronavirus y después que en todo el mundo se levante la economía y siento que todos podemos poner de nuestro granito de arena ya sea apoyando al vecino o apoyando al que necesite la ayuda.

 

Un Día en Mi Vida: Mariana, 16, Preparatoria Loyola, México

Aproximadamente la segunda semana de marzo México comenzó a registrar los primeros casos de COVID-19. Un día antes de comenzar la cuarentena y sin fecha de salida, asistí a clases normales, tuve un día cualquiera con mis amigos, comimos juntos a la hora del recreo, reímos en el salón de clases con maestros y compañeros. En última hora de clases, se rumoraba que las clases presenciales serían suspendidas a partir del día siguiente y se retomarían hasta el 20 abril, algunos estaban felices de tener más tiempo de vacaciones, otros tristes porque era su último semestre, pero todos nos íbamos con la idea de que regresaríamos al mismo año escolar, desafortunadamente no contábamos con que ese sería nuestro último día del semestre.

Hace 57 días que mi rutina ya no es la misma, cambie el salón de clases por el escritorio de mi cuarto, las clases presenciales por reuniones en google meet, y las conversaciones con mis amigos por mensajes de texto, debo admitir que al principio todo esto del cambio de rutina me costó un poco, pero conforme pasaron las semanas logre adaptarme a la situación.

Los primeros días fui muy paciente conmigo misma, con mi cuerpo y con sentimientos, ya que vivimos en tiempos de incertidumbre, todo a lo que estábamos acostumbrados ahora ya no está, por lo que me digo a mí misma que está bien sentirse triste, sin ganas de ser productiva, así que los días en los que no tengo nada de energía, no fuerzo a mi cuerpo ni a mi mente y simplemente trato de llevar mi día con tranquilidad. Pero no todo son días grises, también existen días coloridos en los que tengo la actitud para hacer de todo.

Algo que he adquirido esta cuarentena es un nuevo y simple mantra que dice “un día a la vez”. Mi principal preocupación de esta pandemia y creo que la de todos es que alguno de nuestros familiares o amigos sea infectado, pero gracias a Dios tenemos bendición de hacer la cuarentena y que esas posibilidades disminuyan. Pero algo que me mueve mucho son los sectores más vulnerables, aquellas personas que no pueden quedarse en casa, porque no cuentan con un salario fijo y tienen que salir a trabajar, aquellos que no tienen casa, o los que sus empresas o trabajo se verá afectado con la crisis económica.

Pienso que la pandemia nos ha hecho abrir los ojos y ver lo que estábamos haciendo mal como humanidad, por ejemplo, que nuestras costumbres en cuanto a limpieza no eran las mejores, que lo material no es lo más importante, que nuestro sistema de salud no está en buenas condiciones, que la naturaleza a veces necesita un respiro de nosotros, etcétera.

Lo que espero después de la pandemia es que nuestra higiene mejore al igual que nuestro trato con la naturaleza, que nos desprendamos de las cosas materiales y comencemos a valorar todo lo demás, que la ayuda a los grupos vulnerables se vuelva constante y sobre todo empezar a ser personas más “humanas”.

 

Un Día en Mi Vida: Guadalupe, 17, Preparatoria Loyola, México

Lamentablemente, en un inicio creíamos que México quedaría exento de toda esta situación, pero no fue así. Actualmente estamos en cuarentena desde hace ya casi dos meses, lo primero que cambió fue el dejar de ir a la escuela tan repentinamente.

El desafío principal ha sido acostumbrarme a este estilo de vida, en el que no podemos tener contacto directo con las personas que queremos. Y aún más en el aspecto que no sabemos que tanto se extenderá, y que tal vez incluso en ciertos aspectos quedarán marcadas nuestras vidas y tendremos que cambiarla permanentemente en ciertas partes.

Por otro lado, he tenido mayor acercamiento hacia mi espiritualidad, ya que la verdad hacía mucho tiempo que no tocaba esta parte de mi vida porque consideraba que era algo innecesario y tonto, pero una vez que le di oportunidad me di cuenta que realmente era algo que necesitaba y me hacía cierta falta en mi ser. También, creo que me sirvió más la escuela en línea, siento que presté más atención mediante este medio ya que no tenía distracciones durante mis clases. Y por último el mayor acercamiento que he podido tener con mi familia en estos tiempos tan difíciles.

Me di cuenta que realmente no estábamos preparados para todo esto, y no solo hablando de sistemas de salud o económicos, si no emocionalmente. Nos damos cuenta que da la muerte y enfermedad, ni el más rico del mundo se salva. Pero vemos claramente la diferencia que hace vivir en privilegios y tener la posibilidad de atenderte.

Actualmente me preocupan mis padres y tíos, ya que son personas mayores que corren más riesgo a que esta enfermedad les afecte, además tengo la esperanza de que esto acabe pronto, debo aprender a apreciar lo que tengo, porque mis padres y todos lo que me quieren han hecho muchos sacrificios por mí para estar donde estoy, también a vivir todos los días como si fuera el último porque uno realmente nunca podrá saber cuándo cambiará todo. Hay que amar y apreciar lo que tenemos cuando aún lo tenemos, no cuando ya lo perdimos.

 

Un Día en Mi Vida: Danna, 16, Preparatoria Loyola, México

México se encuentra en el pico de la epidemia, llevo casi dos meses en cuarentena, los cambios que ha sufrido mi rutina diaria, son que las clases ya no las tomo en físico, no puedo realizar mis actividades extraescolares o los deportes que tomaba, ha sido un poco raro, porque uno no está acostumbrado a realizar todas sus actividades dentro de casa todo el tiempo.

Debemos tener en cuenta que cuando acabe la cuarentena no todo será igual y que tendremos mucho cuidado en las acciones que vayamos a realizar. Ciertamente, las enfermedades y virus no ven distinción alguna, y todos nos podemos llegar a enfermar. Por eso siempre nos debemos ayudar los unos a los otros, la pandemia ha dejado ver el lado más humano de la mayoría de las personas, solidarizándose con los demás y haciendo varios actos altruistas.

La sociedad debería aprender que todos somos iguales y que merecemos que todos nuestros derechos sean aplicados. Además, debemos aprender a cuidar el planeta, ahora que todos nos encontramos en cuarentena la fauna comienza a aumentar, los ríos, mares y lagos se empiezan a limpiar, haciendo que descubramos lo hermoso que es nuestro planeta y que es muy importante cuidarlo.

Una de mis preocupaciones cuando termine todo esto, es que volvamos a ser una sociedad sumamente egoísta, con los demás y con el planeta, porque podríamos volver a como estábamos anteriormente, sino se respetan las nuevas medidas que vayan a existir y volvamos a hacer las mismas acciones que lastimaban a nuestro planeta. En definitiva, todo esto me ha invitado a reflexionar sobre como las acciones del ser humano, nos pueden afectar a nosotros mismos, sin siquiera darnos cuenta o tal vez si nos damos cuenta, pero realmente, no nos importa en absoluto, también a respetar a los demás, a ser más constante y más paciente con los demás.

 

Un Día en Mi Vida: Felipe, 16, Preparatoria Loyola, México

Dentro de México existen diversos problemas que hacen que las personas estén en desacuerdo con las maneras de gobernar. La crisis por el coronavirus ha generado grandes problemas en todos los temas que se pueden abarcar en el país, desde el decrecimiento de la economía hasta la pérdida de empleos a gran escala, incluyendo la ignorancia o la falta de conciencia de las personas la pandemia podrá extenderse más de lo esperado.

Los grandes problemas que tiene la mayoría de las personas en estos momentos son las formas en las que deben conseguir el dinero para poder mantener a sus familias, porque una gran parte de la población en México son personas que viven en un estado de pobreza que solo les alcanza para poder comer un día.  Esa parte de la población sale a las calles para poder llevar comida a sus hogares, tomando los riesgos, pero su frase tiene razón, la cual es: “si el coronavirus no me mata, lo hará el hambre”.

El único consuelo que puede traer esta enfermedad es la de ayudar a que las personas se den cuenta de que el mundo no es nuestro, sino que nosotros somos del mundo. El futuro que nos espera es demasiado incierto ya que las probabilidades cambian, las estadísticas se interfieren, lo único que se sabe es que después de esto nada volverá a ser lo mismo.

Espero que tanto como yo las personas se sientan invitados a tener empatía por los demás, ya que es un problema demasiado grande que se debe de atender de la manera mejor eficaz y posible. En conclusión, esta pandemia cambiará el pensamiento de muchos para siempre.

 

Un Día en Mi Vida: Erika, 16, Preparatoria Loyola, México

Al principio de la pandemia sólo se escuchaban noticias del mundo y no había pánico con respecto a esta enfermedad. México estaba relajado, pero se relajó demasiado y el Covid-19 nos agarró con la guardia baja y se comenzó con la medida más extrema, que es la cuarentena obligatoria en todo el país.

Uno de los mayores desafíos fue dejar la rutina común, y darse cuenta de lo que estamos viviendo, nada volvería a ser lo que era antes y eso causaba tristeza, miedo y desesperación. Es preocupante la cantidad de trabajos que se pierden, la cantidad de casos que siguen saliendo y el cómo se está manejando la situación, es una preocupación grande el pensar que depara el futuro/fin de la pandemia.

El sentimiento sobre la situación es algo confuso, siento esperanza y Fe, y a la vez desesperación, porque mis dos padres son diabéticos y uno de ellos tiene una enfermedad renal, así que ciertamente me siento muy nerviosa al respecto. Pero el hecho de tener miedo nunca te va a hacer más fuerte así que debo tener esperanza.

La sociedad debería apreciar lo que tenemos, la libertad que teníamos, apreciar la vida ante tantas muertes que estamos viendo. Sí, saldremos adelante, me preocupa el futuro, pero espero que sea lleno de paz y que todo esto haya pasado, un futuro donde todos podremos salir sin miedo y con cuidado.

Me siento feliz de escribir esto porque durante un tiempo me deprimí porque veía la situación y tenía mucho miedo por lo que podía pasar, ciertamente es una situación difícil para todo el mundo , pero hay que mantener la esperanza alzada, siento que lo peor que podemos hacer es deprimirse , simplemente hay que esperar de manera amena con los que amamos y esperar a que todo pase y así mismo , abrazar próximamente a los amigos y familia que tienen a la lejanía, tengo esperanza en el futuro, sé que todo el mundo puede salir adelante , simplemente no perdamos la esperanza.

 

Un Día en Mi Vida: Yannina, 17, Preparatoria Loyola, México

Mi vida bajo el mortal virus Covid-19 que atacó a mi país México y a mi estado Guerrero ha sido tocada; mi mayor preocupación durante esta pandemia siempre ha sido que algún familiar mío e inclusive yo podamos enfermarnos y tengamos que morir en total soledad para no afectar a nuestras familias.

Sin embargo, las bendiciones que esta cuarentena me ha traído es la apreciación, aprender a ver todo lo bueno que tengo dentro de mi casa y con mi familia, son pequeñas cosas que antes no lograba apreciar y que ahora me llena de dicha saber que están en mi vida. Realmente, aunque la situación no se viste de manera favorable, tengo mucha esperanza actualmente por la forma en la que todos como personas nos estamos uniendo, apoyando a los que menos tienen y el futuro que nos espera una vez termine la cuarentena tengo el presentimiento de que será bastante brillante, esperando que muchas personas ya hayan cambiado sus formas de pensar y tengan mejores intenciones.

Tenemos que aprender como sociedad que somos iguales, sé que durante esta pandemia algunos nos hemos visto menos afectados que otros, pero por esa misma razón es que estamos haciendo conciencia y mañana que salgamos podamos ayudarnos más entre nosotros para hacer también al mundo más igualitario.

Sin lugar a duda hay muchos miedos y preocupaciones en mi corazón y en mi mente durante toda esta crisis, me da miedo que más gente siga falleciendo y al mismo tiempo tengo esperanzas de que pronto saldremos adelante y todo va a esclarecerse de la mejor forma posible, del mismo modo me siento invitada a seguir apoyando en todo lo que pueda mientras siga la pandemia y con más fuerza una vez salgamos de esto todos juntos y unidos.