Reflexiones de Estudiantes Parte 2 – Colegio Inmaculada Jesuitas en Alicante

Par Monica Sanchez
Juin 10th, 2020

Hola soy Mónica Sánchez nuevamente del Colegio Inmaculada Jesuitas en Alicante. En esta oportunidad comparto redacciones y dibujos de mis estudiantes para añadir al proyecto global “Un Día en Mi Vida: Viviendo Bajo el Covid-19”. 

 

Un Día en Mi Vida: Daniel P, 16, Colegio Inmaculada, Alicante, España

Ya ha pasado un poco más de tiempo de esta cuarentena, o “Cuarenpena”, dependiendo de cada persona. Esto propicia que nos acostumbremos a muchas cosas, y por otro lado, que descubramos otras. Como estudiantes, tenemos suerte de tener trabajo que hacer, pues nos mantiene ocupados, pero también hemos pasado unas vacaciones donde ha habido más tiempo libre para todos.

Ya pasado este mes y medio, los días pesan más, y se nota en cómo la energía de muchos se va agotando. Aun así, hay que tener la determinación y resiliencia necesaria para sobrellevar esta situación, enfocados en el hoy y en el mañana. Creo que esta es una situación idónea para fortalecernos psicológicamente y, por qué no, físicamente.

Desde el positivismo es muy bonito pensar así, pero el ser humano me deja cada vez más impertérrito. Está claro que es muy difícil juzgar a un colectivo debido a la variedad del mismo, pero creo que esta situación, va a ser otra oportunidad de enmienda desechada cual mascarilla.

Con lo dicho previamente, tenía en mente la actitud adoptada por mucha gente hoy, 26 de Abril. Hoy ha habido un pequeño suspiro para los pequeños de la casa. Y sin obviar que mucha gente ha recurrido a la responsabilidad y el sentido común, otra mucha gente no. Hoy se han visto niños y padres pasando por alto la distancia de seguridad, y quebrantando otro tipo de recomendaciones que el gobierno ha recomendado tras permitir esto. Prueba es esto de que aquello que el Canciller de Hierro Otto von Bismarck decía de España nos viene al dedillo.

Claro está que la irresponsabilidad de unos no debe opacar la buena labor y voluntad de otros. Podemos ver en estos tiempos, como muy bien dije en una redacción anterior, que las cualidades buenas y malas se acentúan en tiempos de crisis. El aplauso y las ovaciones que reciben todo el personal sanitario es poco al lado del esfuerzo que muestran cada día. Sin olvidar por supuesto a aquellos del sector primario que a veces creemos invisibles pero que son ahora más que nunca, uno de los pilares que hacen que podamos llevar mejor todo esto.

Este tiempo nos está viniendo bien a muchos para reflexionar, para darnos cuenta de lo que verdaderamente importa, y de aquello que dábamos más importancia de la que merece. Ver cómo la gente que te quiere de verdad se preocupa por ti y viceversa.

Ahora más que nunca es momento de aprender a valorar todo aquello que tenemos. Saliendo del tópico, quiero hacer hincapié en la suerte que tenemos por estar vivos, por tener qué comer, un lugar donde dormir, una familia, posibilidad de estudiar y formarte, y muchas otras cosas que harán que “No tengo cobertura” y otro tipo de males menores sean lo que menos nos quite el sueño. Y claro está que estas reflexiones hacen a uno crecer y madurar hacia un futuro donde ser una mejor persona.

Si Isaac Newton formuló las leyes de gravedad estando confinado debido a otra pandemia,

¿De qué somos verdaderamente capaces nosotros? Este también es momento de formar la mente y el espíritu, de estudiar algo nuevo, de aprender a tocar un instrumento… En definitiva, vuelvo a repetir que este mal puede ser un bien si nosotros lo deseamos, puesto que pocas veces tendremos tanto tiempo para hacer todo aquello que el estrés de nuestra vida normal no nos permite.

Mucho ánimo a todos con sus respectivas situaciones porque, después de este diluvio, estad seguros de que la paloma volverá con la rama de olivo.

 

Un Día en Mi Vida: María C, 16, Colegio Inmaculada, Alicante, España

Para este trabajo que decidido expresar mi opinión en un dibujo. He dibujado a una chica en blanco y negro con flores y mariposas, esbozada solamente, que representa el mundo, la humanidad y la naturaleza. Está en blanco y negro para reflejar la tristeza y la falta de alegría y vida debido a esta situación del COVID 19. La chica está llorando como muestra de ese sufrimiento. De la chica sobresalen flores y mariposas representando la vida, la alegría y la libertad. Después podemos observar que hay unos pinceles de distintos colores y tamaño que están pintando a la chica y a las flores. Los pinceles y brochas hacen referencia a todos los países y todas las personas luchando y construyendo juntos un mundo mejor, con colores, viveza y esperanza tras el coronavirus. Son de distintos tamaños y colores para representar la diversidad.

La idea general que quería representar es que después de esta situación todos tendremos que trabajar para el bien común y el individual, para volver a la normalidad e incluso mejorarla.

 

Un Día en Mi Vida: Irene, 17, Colegio Inmaculada, Alicante, España

He hecho este dibujo que representa el argumento del que he hablado, la calle está básicamente vacía y las dos personas que hay una lleva capucha para esconderse y la otra se asoma vagamente. Se observan dos cámaras que observan la calle desde distintas perspectivas.

 

Un Día en Mi Vida: Pepe, 17, Colegio Inmaculada, Alicante, España

“Versos para hoy”

En nuestro país hace falta estar informado

debido a que nuestros políticos no nos dicen toda la verdad

o por lo menos nos dicen lo que es falso,

nos lo dan todo en bandeja para que no podamos opinar.

 

Nuestro país está rodeado de gente buena

aunque si hablas de política tendrás problemas.

No todo es tan malo

y ahora toda pequeña cosa la apreciamos.

 

No hay que mirar los muertos si no se saben sus causas,

lo único que dicen es que te quedes en tu casa.

No sabemos quién lo ha tenido porque no hay tests

aunque hay enfermeros que se sacrifican.

 

De la sanidad estoy orgulloso,

aunque no deberían de haber hecho recortes,

y a pesar de que no los notes,

lo pensábamos todos.

 

Un Día en Mi Vida: Alba, 16, Colegio Inmaculada, Alicante, España

Voy a hablar sobre cómo está afectando el confinamiento en mi vida académica, personal, social, familiar. Primero tengo que aclarar que, aunque sea una situación negativa, yo estoy intentando sacarle el lado positivo a todo, para así estar a gusto conmigo misma, y así tener esperanza de que esto se va a acabar pronto y todo se va a solucionar, aunque haya muchas muertes que no han tenido remedio durante esta situación, hay que salir adelante.

La vida académica ha cambiado radicalmente para todos. Está siendo muy difícil porque claramente no es lo mismo estar en clase, socializarme, preguntar dudas cómodamente y tener un patio para tomar el aire o descansar; que estar en casa y distraerme con todo. El cerebro tiene más asociado dar clase en un ambiente de colegio (uniforme, pizarra, sin móviles, etc.) y, por suerte o por desgracia, mi casa no tiene un ambiente de estudio, con esto quiero decir que hay desorden en mi cabeza y me resulta más difícil concentrarme.

Personalmente esta situación me está haciendo darme cuenta de que tengo que dar gracias por muchas cosas y a muchas personas. También me he dado cuenta de la gente que de verdad está a mi lado y me apoya o me ayuda. Estoy valorando más lo que tengo, que lo que no tengo. Estoy pasando mucho tiempo con mi familia y eso me hace darme cuenta de la cantidad de cosas que hacen por mí, porque en la rutina de ir a clase no paso tiempo con ellos y no estoy en casa para ver todo lo que hacen para salir adelante, ahora que tengo la oportunidad de estar en casa y veo todo lo que hacen para que mis hermanos y yo estemos felices… valoro más cualquier cosa que haga alguien por mi o por los demás, por pequeña que sea. Me he dado cuenta de que es un gesto que a alguien le ha salido hacer.  Por ejemplo, cuando mis padres hacen la comida, mis hermanos y yo lo vemos como un simple plato con comida, pero ahora yo no lo veo así, es decir, valoro el esfuerzo y el tiempo que han invertido en cocinar. Y así pienso todas las acciones, por simples que sean. Ahora que tengo tiempo de fijarme más en lo que hay a mi alrededor y de mis pensamientos, me parece que tengo una oportunidad para valorar más las cosas.

 

Un Día en Mi Vida: Carmen, 16, Colegio Inmaculada, Alicante, España

Hoy día 20 de abril comenzamos la quinta semana de confinamiento. Es el primer día que volvemos a dar clase online después de una semana de vacaciones de Semana Santa que nos ha servido a los alumnos para descansar. El confinamiento a nivel personal me está enseñando a darme cuenta de la gente a la que importo y que se preocupa por mí a pesar de la distancia. Esto me sirve para saber qué amistades tendré dentro de dos años cuando vayamos a estudiar a la universidad y no les pueda ver todos los días como en el colegio.

Por otro lado, a nivel académico, creo que nos está sirviendo para valorar no tanto una calificación de examen y dar más importancia al esfuerzo y trabajo diario de cada alumno.

Como ciudadana, en mi caso, considero que tengo un papel simple que ayuda más de lo que muchos adolescentes pueden ver. Con el simple hecho de quedarte en casa, ya estás ayudando al resto de ciudadanos a evitar contagios. Si que es cierto que estamos en una edad en la que todo lo vemos el fin del mundo por nuestro destacado pesimismo, pero al igual que los adultos, tenemos que cooperar.

En mi opinión, cuando se vaya progresivamente desescalando el confinamiento, no debemos volver a la normalidad rápidamente. Hay que tener todos conciencia que, si no ponemos unas medidas, puede volver esta pandemia.

Cómo me ayuda poner mis sentimientos por escrito…me relaja y me sirve para objetivar todos los problemas que tenemos encima. Seguiré otro día.

Hoy acabamos la quinta semana más contentos que nunca porque comenzamos a ver que hay esperanza gracias a una buena noticia. Ayer anunciaron que, si seguimos descendiendo progresivamente, a partir del 2 de mayo podremos salir a la calle a correr o dar un paseo de forma individual.

Además, hoy los niños menores de 14 años podían salir a la calle acompañados de sus padres. De esta manera, podremos ver como progresa la organización establecida. A nivel personal, esta semana he tenido bajones ya que veía que la cosa no mejoraba y tenía una gran preocupación por saber cuándo mejoraría un mínimo. Gracias a la noticia recibida ayer, empiezo a volver a tener confianza en que podremos superar esta pandemia. Si tuviera que dar un consejo a la ciudadanía, sería que busquen el lado positivo de las cosas, porque así transmiten calma a los de su alrededor. Si todos comenzamos a pensar en lo malo y desesperarnos, este confinamiento se nos haría eterno y estaríamos mal con las personas con las que pasamos todo el día.

Gracias a este confinamiento estoy recuperando la relación que había perdido con algunos familiares debido a que no teníamos tiempo de pasar rato juntos. Ahora, siempre nos reunimos para jugar a juegos y ver películas para que así él confinamiento se pase más rápido y disfrutar más del tiempo en familia.

 

Un Día en Mi Vida: Mireia, 16, Colegio Inmaculada, Alicante, España

Cuarenta y cuatro días de confinamiento. Cuarenta y cuatro días buscando entretenimiento dentro de las cuatro paredes de mi habitación. He asistido a clases online. He hecho deberes y muchos trabajos para el colegio. He leído. He hecho deporte y hasta he ordenado mi habitación varias veces. Muchas veces pienso que está siendo más llevadero el encierro porque puedo comunicarme con mis amigos. Me gustaría verlos en persona, estar cerca de ellos, poder reunirnos y vernos las caras sin ninguna pantalla de por medio. También sé que antes de que eso llegue, nos veremos a un metro y medio de distancia y con mascarillas. Será extraño no poder acercarnos a los demás. Será raro no saludarnos con besos y abrazos. Será raro no poder ir a casa de ningún amigo y que ningún amigo pueda venir a mi casa. También he salido de mi habitación para las comidas, claro. He visto películas con mi familia y hemos jugado a juegos de mesa. También, he cocinado algo y los días que el tiempo lo ha permitido, he tomado el sol. Se me ha pasado rápido, pero a veces, cuando lo pienso, me resulta larguísimo. Ahora sólo pienso en el día dos de mayo, el día cincuenta de confinamiento en el que, seguramente, nos permitirán salir a hacer deporte. Saldré a patinar.

 

Un Día en Mi Vida: María P, 17, Colegio Inmaculada, Alicante, España

En el dibujo he querido expresar el malestar general que tiene la población ahora mismo. El oleaje representa dos los problemas que esta pandemia está trayendo: económicos, sociales, culturales… Y la chica sería el sentimiento de angustia que causa el desconocimiento de cómo la sociedad afrontará esta situación. El oleaje le tapa los ojos porque a veces, cuando se nos viene todo encima, somos incapaces de ver el lado positivo de las cosas y nos ahogamos con nuestras propias preocupaciones, sin tener en cuenta que siempre hay una salida. De todas formas, el dibujo en sí no expresa negatividad porque, por otro lado, hemos aprovechado esta cuarentena como un tiempo de reflexión; ver lo que verdaderamente nos importa y nos hace feliz, dejar a un lado las cosas materiales y centrarnos en las personas, sentimientos que nos harán ver el futuro de manera totalmente diferente a como lo veíamos hace unos meses.

 

Un Día en Mi Vida: Nicolás, 17, Colegio Inmaculada, Alicante, España

Estamos ante uno de los acontecimientos más significativos de la historia reciente, y cada paso en falso va a suponer mucho sufrimiento para millones de personas. Es ahora, cuando los políticos tienen que demostrar que son capaces de levantar un país como puede ser España, que está actualmente sumergido en una crisis sanitaria de la que no vemos el final.

Los ciudadanos son responsables de acatar las nuevas normas que van integrando los gobiernos conforme avanza la pandemia, y es por esto que los gobiernos nos necesitan para que no empeore la situación. Es aquí donde entra el problema de la confianza, debido a que muchos de los gobiernos actuales son incapaces de confiar en la población, o nunca lo harían. Por estas razones y otras como pueden ser las ansias de más poder, es muy probable que en diferentes países se utilice la excusa de la pandemia para llevar a cabo acciones autoritarias, buscando ganar más poder como gobierno para tener la capacidad de controlar, restringir y censurar cuando les parezca oportuno. Esto lo menciona Yuval Harari en su reflexión, asegurando que en la situación actual “las mentes pueden cambiar con rapidez”, y no lo dudo, pero opino que teniendo la capacidad de reunir datos biométricos en masa y controlarnos de manera prácticamente automática, no tendrían la necesidad de construir un vínculo de confianza con los ciudadanos, ya que “sabrán más de nosotros que nosotros mismos”.

Es posible que no sea así, pues todo depende del gobierno encargado de la gestión actualmente y de sus intenciones. Una solución para esto sería que fuera voluntario el seguimiento y el uso de datos personales para el control de la pandemia, para evitar así que se vean unas intenciones que no son las que tienen. Aparte de esto, cabe la posibilidad de que los gobiernos, tras recibir cantidades inmensas de información, vean factible la venta de estos datos personales a empresas o a otros gobiernos, al igual que hacen las redes sociales como Facebook con la información que publicas.

En mi opinión, que un gobierno tenga la capacidad de manejar tantos datos sobre una persona hace que el mismo gane más poder y por lo tanto prescinda más y más de los ciudadanos, produciendo así una pérdida de libertades personales y aumentando la intervención del Estado en la vida de los ciudadanos.

En cuanto a la economía, en la reflexión Yuval menciona la racionalización de la producción para poder asegurarnos de que los países que más necesitan el material lo tengan a través de un acuerdo global. Desde mi punto de vista, esto es un tanto utópico, ya que en una economía de libre mercado como la actual, los países ricos se negarían a acordar un pacto de esas dimensiones teniendo la posibilidad de competir por los productos en el mercado internacional. Siendo realistas, países como EEUU incrementarán sus nacionalismos, pues los presidentes de estos países están más interesados en el bien de sus ciudadanos que en el de los de los otros países, y si lo que necesitan es ganar una subasta para conseguir material, lo harán. Es por esto que en mi opinión la ONU debería de coordinar la distribución de los equipos para que llegue así a los países más desfavorecidos. Al igual que la OMS, los organismos internacionales deberían dar un paso al frente para dar una respuesta eficaz, pues los países están con la mirada en lo que ocurre dentro de sus fronteras.

En su reflexión, Yuval menciona la necesidad de “humanizar” las cadenas de producción cruciales, ya que “un país rico con pocos casos de infectados debería estar dispuesto a enviar los preciados equipos a un país más pobre”. Esto es lo que debería pasar, pero, para que esto ocurriera, los países ricos tendrían que nacionalizar la producción y comenzar a producir equipos sin rentabilidad, para el resto. Otra opción que habría sería pagar ellos mismos a las empresas por la producción, para posteriormente mandarlo al resto de países, una inversión de millones de euros que se podrían permitir un número muy limitado de países. Estos países podrían ser Suiza, Países Bajos, Dinamarca y Noruega, que tienen los mayores superávits.

El problema entra en prescindir de estos países, a mi parecer los países de este calibre deberían aportar cantidades inmensas de equipamiento, pero el resto no puede simplemente esperar que estos países aporten todo lo necesario, y es por eso que hacen falta más alternativas.

Otra realidad a tener en cuenta es dónde se producen los diferentes tipos de materiales, ya que China se ha convertido en el productor global de todo tipo de material, tal y como afirma La Vanguardia en este artículo: “China, la fábrica del mundo: ha exportado 4.000 millones de mascarillas en un mes”. Esto implica que sea China el exportador principal de equipamiento, y que dependamos de un país en concreto por culpa de los bajos costes de fabricación en este país.

Tras la reflexión, quiero concluir diciendo que, en las crisis como esta, se ve realmente qué países apuestan por el bien de la humanidad, y qué países prefieren salvar sus intereses, mostrando cada gobierno cuál es su verdadera intención.

 

Un Día en Mi Vida: Darío, 17, Colegio Inmaculada, Alicante, España