Un Marco Contemporáneo para La Educación Jesuita: Tres Documentos Fundamentales Que Debes Leer Para Entender la Educación Jesuita

El primer documento oficial sobre educación de la Compañía de Jesús fue la Ratio Studiorum (RS) publicada en 1599 por el P. General Acquaviva. Este documento orientó la educación de la Compañía hasta el momento de la supresión de esta en 1773. Después de la restauración de la Compañía, en 1814, había una sensación que una nueva versión de la RS era necesaria, sin embargo, resultó ser una tarea difícil y en definitiva imposible, ya que los estados nacionales, recientemente creados, buscaban controlar los sistemas educativos y dictar los planes de estudio y la pedagogía. En 1906, la Congregación General XXV decretó que “no se debe intentar una nueva redacción de la Ratio de los estudios inferiores… en un tiempo como el nuestro, en que se da una inconstancia tan grande en las leyes escolares y la variedad de disciplinas.” (D.12, #1). A partir de ese momento se recomendó que las orientaciones y las decisiones sobre los planes de estudio y la pedagogía debían provenir de los provinciales para que así ellos pudiesen responder a las circunstancias específicas de sus países.

No obstante, años después, se desarrolló la conciencia de la necesidad de elaborar un marco común que pudiese garantizar la unidad en la diversidad. El P. General Pedro Arrupe respondió a esta necesidad con la creación de la ICAJE (Comisión Internacional del Apostolado Educativo de la Compañía de Jesús) y le encomendó la creación de un nuevo documento que expresara la identidad y los rasgos distintivos principales de la educación de la Compañía. En 1986, la ICAJE presentó al P. General Kolvenbach el resultado de su trabajo y este fue comunicado a toda la Compañía con el nombre de Las Características de la Educación de la Compañía de Jesús (Características). Este documento fue el segundo documento oficial sobre educación en la historia de los jesuitas y el primero de los documentos contemporáneos que continúan guiándonos hoy.

El documento Características está organizado en 9 secciones y presenta 28 características propias de un colegio que se identifica como colegio de la Compañía de Jesús. Las secciones están claramente relacionadas con la experiencia espiritual de San Ignacio de Loyola para mostrar que la educación jesuita está definitivamente arraigada en la espiritualidad Ignaciana. Muchas de las características están también presentes en la RS, pero en este documento se presentan utilizando un lenguaje y un contexto más contemporáneo. Sin embargo, algunas de las características indican un nuevo énfasis o novedad. Por ejemplo, la característica #8: la educación de la Compañía estimula la apertura al crecimiento, a lo largo de toda la vida, #16: La educación de la Compañía sirve a la fe que realiza la justicia, #18: La educación de la Compañía manifiesta una preocupación particular por los pobres, #23: La educación de la Compañía acentúa la colaboración entre jesuitas y laicos. Puedes conocer más sobre este documento aquí.

El documento Características fue bien recibido por los colegios. Era un documento que garantizaba la unidad y respetaba la diversidad de los contextos locales y de los sistemas educativos en los cuales nuestros colegios funcionaban. Sin embargo, una nueva necesidad salió a flote: cómo traducir este documento en una pedagogía para el aula. Consiguientemente, la ICAJE puso nuevamente manos a la obra y en 1993 publicó Pedagogía Ignaciana: Un Planteamiento Práctico, mejor conocido como el PPI (Paradigma Pedagógico Ignaciano), para ayudar a los educadores ignacianos a vivir las características a través de la práctica pedagógica. Este documento presenta el estilo pedagógico que se deriva de la espiritualidad Ignaciana, a través de cinco dimensiones que deben estar siempre presentes en cualquier proceso de aprendizaje: contexto, experiencia, reflexión, acción y evaluación. Estas dimensiones no son pasos consecutivos a seguir, sino, más bien, elementos que deben acompañar el proceso de aprendizaje e integrarse con métodos y metodologías pedagógicas diversas. El PPI ayuda a los profesores a convertirse en educadores ignacianos que promueven los valores y los objetivos de la educación jesuita en sus rutinas diarias. Puedes leer este documento, entender cada una de sus dimensiones, y obtener algunas ideas inspiradoras para usarlas aquí.

Más recientemente, en 2019, El P. General Arturo Sosa promulgó un nuevo documento, también elaborado por la ICAJE: Colegios Jesuitas: Una Tradición Viva en el Siglo 21 (Una Tradición Viva). Este documento continúa el proceso de discernimiento de las Características y del PPI, y juntos estos documentos forman el marco contemporáneo de la educación de la Compañía de Jesús. Una Tradición Viva enfatiza los cambios que están ocurriendo en el mundo y ofrece 10 identificadores globales de un colegio jesuita hoy, es decir, lo que hace que un colegio jesuita, sea jesuita hoy; 10 características que invitan a los colegios a un ejercicio continuo de discernimiento para que nuestra educación pueda preparar a los estudiantes para el presente y el futuro. Como expresó el P. General Sosa en su carta de presentación de este documento: “El mejor homenaje que podemos ofrecer a nuestra larga tradición en educación es poder explorar nuevos modelos, modos creativos e imaginativos, para ofrecer nuestra visión espiritual y experiencia educativa a nuestros estudiantes y sus familias.“ Algunos de los identificadores globales son una clara continuación de nuestra tradición y otros responden a las necesidades y desafíos urgentes de nuestros tiempos: #2: Los colegios jesuitas están comprometidos a crear un ambiente seguro y saludable para todos, #3: Los colegios jesuitas están comprometidos con la ciudadanía global, #4: Los colegios jesuitas están comprometidos con el cuidado de la creación, #7: Los colegios jesuitas están comprometidos con la inter-culturalidad, y #8: Los colegios jesuitas están comprometidos a ser red global al servicio de la misión. En este enlace puedes encontrar este documento y la inspiración para continuar nuestro proceso continuo de discernimiento, para hacer de la educación jesuita una herramienta poderosa para un futuro mejor para todos. ¡Como educadores ignacianos estamos viviendo momentos emocionantes en la historia de la educación jesuita!