Redacciones de Mis Estudiantes para el Proyecto Global “Un Día en Mi Vida: Viviendo Bajo el Covid-19”

By Monica Sanchez
Apr 25th, 2020

Hola soy Mónica Sánchez del Colegio Inmaculada Jesuitas en Alicante, España . En esta oportunidad me gustaría compartir las redacciones que compartieron mis estudiantes para añadir al proyecto global “Un Día en Mi Vida: Viviendo Bajo el Covid-19”. 

Un Día en Mi Vida: Alba B, Colegio Inmaculada, Alicante, España

El COVID-19, ha sido como un choque de la vida, para que me dé cuenta de lo que tengo a mi lado realmente, lo que tengo que valorar, y ha hecho que me proponga muchos objetivos.

Quedarme en casa está siendo muy duro. En estos días de cuarentena estoy hablando con muchas personas, pero hay una persona especial para mí. Todos los días le veía, estábamos juntos, cada día era mejor que el anterior, hasta que llegó un momento en el que ya no nos podíamos ver, porque se prohibió salir de casa. Yo soy una persona positiva hasta que veo que no hay salidas, pero esta persona me ha dicho ver desde la distancia que todo se puede, que siempre hay una salida, y me ha hecho darme cuenta de que aunque esté en una situación que no es agradable tengo que dar gracias y saber que hay gente que lo está pasando peor.

Me he dado cuenta de que hay soluciones claras para arreglar el mundo que poco a poco estamos destruyendo, y que todo se puede resolver con paciencia. Pero ya sea por el gobierno, por la ansiedad que tenemos todos dentro o por la gente que no pone su grano de arena y quedarse en casa, esto no llega a su fin.

El futuro del mundo está bastante claro, esto va a durar mucho si no nos cuidamos, pero ahí está el bache. Muchos de nosotros solo nos centramos en acabar esto, pero me he dado cuenta de que no podemos estar así tanto tiempo, esperando, es decir, tenemos que aprovechar este momento y sacarle el lado positivo. Lo bonito de esto que está pasando no es volver a la normalidad, porque eso ya lo teníamos antes, lo realmente bonito es que estamos conviviendo en familia o con nosotros mismos.

 

Un Día en Mi Vida: Alexandra M, Colegio Inmaculada, Alicante, España

Me encuentro a día 22 de este confinamiento. Sinceramente pienso que, de todas las situaciones posibles en las que podría estar, me encuentro en la mejor. Mis días se basan en estudios, deporte, ocio, y poco más. No me permito quejarme, ya que mi único “problema” es no poder salir a la calle, mientras que otras personas están en el límite de la vida y la muerte. Aquel virus que veíamos tan lejano y tan inalcanzable llegó sin avisar y arrasó con todo lo que pudo, provocando un suceso que no habíamos vivido los humanos desde hacía cientos y cientos de años.

Estos días me he estado informando a base de telediario, informes… etc, y realmente el problema no es el virus en sí, es lo rápido que se contagia. El mayor problema que está viviendo España es el colapso de hospitales, la falta de material y la gente inconsciente que sale a la calle sin importarle la salud de los demás. Un amigo cercano (anestesista) nos contó que estaban empezando a tener que elegir entre quién vivía y quién no, ya que no había suficientes respiradores para todos. Entonces me pregunto, ¿cómo hemos llegado a este punto? Varias ideas vacilan dentro de mi mente, pero yo diría que la idea predominante es que los mayores responsables hemos sido nosotros. Empezando por los políticos, que por diversas razones decidieron no darle la importancia al virus cuando sí que se le tendría que haber dado (lo que hizo que al final se les fuera de las manos), y terminando con nosotros, los ciudadanos, que a pesar de todos los avisos que nos dieron decidimos pensar sólo en nosotros, careciendo de total empatía respecto a la gente más mayor o vulnerable a este virus. Pero como todo acto, estamos viviendo las consecuencias. Con estos ejemplos se nota una grave carencia de valores, donde los principales protagonistas son el capitalismo y el egoísmo. ¿Cómo es posible que China con 1,386 miles de millones habitantes haya tenido menos muertos que España (con una diferencia de 10000 personas) teniendo 46’66 millones de habitantes? Se ha visto reflejado en España que la importancia del dinero está por encima de la  vida de las personas, y es por esto que nos encontramos en esta situación actual.

El estar en casa tanto tiempo te lleva a reflexionar mucho más y el vivir emociones totalmente opuestas cada día es cada vez más común. Hoy me siento indignada, siempre suelo pensar que todo tiene una solución, y el hecho de que estén muriendo tantas personas inocentes, sin ser dignas ni siquiera de un funeral, y que yo no pueda hacer nada me hace sentir mucha impotencia.

De momento me limito a quedarme aquí y a dejar que pasen los días, pero confío plenamente en que siempre después del túnel aparece la luz.

 

Un Día en Mi Vida: Mayerly T, Colegio Inmaculada, Alicante, España

Hoy hace ya casi cuatro semanas desde que empezó el confinamiento en casa, desde que sonaron las alarmas por esta epidemia. Puedo decir que el comienzo de este reclutamiento ha dado un giro radical a mi rutina diaria, ahora nada es como antes o casi nada. Antes mi día comenzaba cuando las farolas de la calle aún alumbraban, con sueño, con desgana (a veces) y desde luego, con pocas ganas de ir al instituto.

No veía la hora de regresar a casa, para “no hacer nada”, encerrarme en mi habitación, a escuchar música, ver cualquier serie, quedarme con la mente en blanco…

Ahora…  puedo hacer todo eso, de hecho, es lo que hago prácticamente todos los días, lo hago tanto, que ha llegado un punto en el que me produce la misma sensación que cuando te “hinchas” a comer tu comida favorita, comes tanto que después, una vez que la vuelves a probar, la repudias. Exagerando un poco, tampoco es tan malo, pero sí que estoy algo cansada de no poder hacer cosas diferentes, es decir, hacer lo mismo todo el día.

Respecto al instituto, ha impactado también enormemente, el trabajo en línea puede sonar más fácil, pero a mi parecer, si no estás acostumbrado, es más complicado, ya que existen muchas más distracciones de las que puedo tener en clase. Me siento más tentada a “tomarme un descansito” o, a “dejarlo por hoy” y no terminar la tarea. Además, es más complicado, ya que no tenemos a un profesor delante nuestro que nos indique exactamente, por ejemplo, en mates, en lo que hemos fallado y no debemos volver a repetir, incluso aun colgando las soluciones después, no es lo mismo.

Con esto llego a la conclusión de que lo que personalmente no me gusta (y creo que nos gusta en general) es exactamente eso, la rutina. La rutina constante. Antes tenía una rutina y claro, podría decir que no me disgustaba del todo, pero quizá sí que quería una “pausa”. Ahora lo irónico es que quiero una “pausa” de la “pausa”.

Y desviándome un poco de la pregunta, centrándome en las rutinas, me paro a pensar en la futura rutina que tendré posiblemente durante el resto de mi vida, cuando ya no sea una estudiante sino una profesional o lo que sea que me depare el futuro. Tendré una rutina “eterna” en lo que sea que trabaje o me dedique, he de admitir que esto a veces me provoca algo de angustia, caer en la rutina y cansarme de ella, o ser infeliz por este motivo.

 

Un Día en Mi Vida: Gonzalo M, Colegio Inmaculada, Alicante, España

¿Qué ha supuesto el COVID-19 en mi vida?

A menudo cuando nos hacen una pregunta de este tipo, no sabemos muy bien qué contestar. Algunos podrían decir que han aprendido a cocinar, a tocar la guitarra, o que se han leído varios libros que creían que jamás les gustarían. Sin embargo… ¿Sería ese el verdadero cambio? Yo, a veces, creo que no lo es del todo.

Creo que cuando buscamos el cambio, a veces lo buscamos fuera, y buscamos algo disruptivo que muestre una situación completamente distinta a la anterior, pero, hay momentos en los que el cambio está más cerca de lo que creemos, en uno mismo, y eso es lo que me ha pasado a mí.

Como se suele decir, son las peores situaciones las que nos provocan la reflexión, y es algo que no deja de ser verdad. Durante estos días, he estado pensando y reflexionando acerca de todo lo que está pasando, y desde mi posición me doy cuenta de que algo en mí ha cambiado, y lo que más percibo es que ahora soy mucho más capaz de valorar los esfuerzos de los demás, es decir, comprendo y valoro el trabajo de los demás, ya que he sido yo mismo el que ha tenido que experimentarlo.

Esto, en mi opinión es fundamental en el estado en el que nos encontramos, ya que es la vía de la empatía y el agradecimiento, que ayuda a resistir sin discusiones de por medio; en otros términos, ser capaz de comprender y entender el trabajo que una persona realiza por ti, da pie al agradecimiento entre las personas, evitando la guerra constante que se genera con otras personas cuando llevas encerrado en tu casa casi un mes.

Es por esto que, aunque todo parece que ha cambiado, creo que lo que más ha cambiado o mejor dicho, lo que más se ha transformado, hemos sido nosotros mismos y nuestra forma de ver la situación actual, nuestro enfoque personal.