¡Procesos de socialización, espacios cruciales para el desarrollo de las habilidades!

By Colegio San Bartolomé La Merced
Oct 30th, 2018

El proceso de socialización empieza desde una temprana edad y no dejamos de hacerlo a lo largo de nuestra vida, siendo los contextos familiar y escolar, los primeros espacios que lo facilitan.

Es través de este proceso que los niños van comprendiendo que es aceptable o no en la sociedad y a desenvolverse en situaciones cotidianas con pares y adultos.  Pero también en estos espacios se ponen en evidencia una serie de habilidades sensoriomotoras, comunicativas, cognitivas y por supuesto emocionales, que trabajan conjuntamente.

De esta manera, por ejemplo, un niño que interactúa con los demás aprenderá a respetar los turnos conversacionales cuando debe esperar a que otros realicen una intervención, a solucionar situaciones utilizando su lenguaje, a seguir y comprender instrucciones y a asumir diferentes roles dentro de un contexto.

Es así cómo se van desarrollando y fortaleciendo las habilidades lingüísticas y cognitivas, ya que hacen uso del lenguaje no solo para comunicarse e interactuar, sino que con él logran regular la conducta del otro, expresar sus sentimientos, satisfacer sus necesidades, recrear su realidad y lograr relatar sus experiencias y vivencias, entre otras.

Por medio de la relación con pares o adultos, el niño logra ir enriqueciendo y consolidando durante su etapa escolar, sus habilidades comunicativas (verbales/no verbales) y narrativas (argumentativas), además del conocimiento y organización del mundo social.

Así mismo, en la socialización interviene un complejo proceso llamado “integración sensorial”, el cual permite a los seres humanos organizar sensaciones del propio cuerpo y del medio ambiente y dar respuestas adaptativas a él.

A partir del funcionamiento de los sistemas sensoriales, se definen también algunas formas de comportamiento. El procesamiento táctil contribuye, por ejemplo, a la cercanía que se puede tener con los otros; el sistema vestibular (sentido de movimiento) proporciona seguridad a las actuaciones en el espacio que se comparte; el propioceptivo (sentido de posición) al control y graduación de la fuerza que imprimimos en los abrazos que se dan a los demás entre otros.

Este proceso de integración sensorial permite, por un lado, que el niño explore, juegue e interactúe y consecuentemente desarrolle habilidades motoras y sociales, reconozca sus posibilidades de acción, se le facilite la adaptación a los diferentes ambientes y construya un sinnúmero de aprendizajes; por otro lado, son los espacios de socialización los que también posibilitan que el niño se exponga a los estímulos que se requieren para una maduración de los sistemas sensoriales.

De igual manera, en la socialización, los seres humanos instauramos relaciones que construyen vínculos que se caracterizan por intereses comunes, formas de dar y recibir afecto, legitimación del otro en la relación y definimos el sentido de comunidad. Este proceso de socialización dura toda la vida y se mantiene gracias a los rituales que como familias hemos trasmitido de una generación a otra y hacen parte de la experiencia social que nunca debemos dejar. El futuro está en la transmisión del conocimiento ancestral que una generación entrega a otra.

En el siglo XXI, es importante reconocer como el proceso de socialización sirve para construir mecanismos de afrontamiento en los niños que permitan confrontar sus propios sistemas de creencias, sus propias certezas y sus propias formas de ver el mundo. En la actualidad, la tecnología brinda a través del ciberespacio nuevas formas de relación en el entorno virtual que hacen que los niños tengan más posibilidades de conocer nuevas culturas, mas formas de pensamiento y más saberes que están establecidas en la red.

Finalmente, es nuestro interés, seguir conociendo nuevas y variadas formas de interacción que sobrepasen las ideas que nuestros antepasados constituyeron como certezas y poder ingresar desde la socialización a un mundo de incertidumbres, nuevos saberes, procesos de innovación y verdades que cambian constantemente.

De esta manera queremos decir que en la construcción de espacios entre familia-escuela, se pueden fortalecer los lazos de comunicación que favorezcan experiencias novedosas de aprendizaje dentro y fuera de la escuela, que a su vez facilitará el proceso de desarrollo de habilidades básicas para el aprendizaje y la socialización.

Servicio de Asesoría Escolar Ciclos II y III
Angélica Vargas-Psicóloga Ciclo II
Alexander Moncaleano-Psicólogo Ciclo III
Inés Martelo-Terapeuta Ocupacional Ciclos II y III
Sandra Bueno-Fonoaudióloga Ciclos II y III