Caminar Junto a los Migrantes Venezolanos

By Guillermo Guerra Ramírez
Jun 18th, 2019

“Caminar junto a los pobres, los descartados del mundo, los vulnerados en su dignidad en una misión de reconciliación y justicia”[1] es una de las invitaciones que nos hace la Compañía de Jesús universal para que desde nuestras obras y regiones abordemos con un énfasis especial en los próximos diez años.

Desde la Región Santander, hemos atendido a este llamado y desde hace varios meses, con el liderazgo del Comité Social de Regionalización, colaboradores de las distintas obras propias y amigas de la Compañía de Jesús, realizamos la Ruta Claveriana de acompañamiento a los migrantes venezolanos, en atención al flujo masivo de hombres, mujeres, jóvenes y niños que diariamente enfrentan las complejas condiciones que implican atravesar el Páramo de Berlín entre las ciudades de Cúcuta y Bucaramanga.

Esta ruta consiste en un recorrido desde el colegio San Pedro Claver sede bachillerato, hasta el Alto del Picacho a 3.310 metros sobre el nivel del mar o hasta el sector de La Laguna ubicado a 88 kilómetros de Bucaramanga, en la que los voluntarios colaboradores van deteniendo su marcha al divisar caminantes venezolanos. El momento del encuentro es profundamente esperanzador, pues a pesar del cansancio y debilitamiento físico de los migrantes, sus rostros reflejan gratitud, fe y alegría.

Cada encuentro es diferente, pues todos ellos vienen con sus bolsos, morrales, cajas y bolsas llenas de historias, ilusiones, sueños y temores, pero hay algo en lo que todos, absolutamente todos coinciden y es que ellos van caminando con Dios.

La ayuda brindada consiste en un sándwich, bebida caliente o fría, chocolatina o bocadillo, analgésicos, peluches para los niños, ropa de abrigo, zapatos y en algunos casos curaciones de sus pies maltratados, aunque el apoyo más importante es el mensaje de hospitalidad que damos a cada uno de ellos, haciéndolos sentir bienvenidos a Colombia y a nuestra región.

En cada ruta, los colaboradores nos vamos llenos de fe y ayudas, que, al finalizar el día, son agotadas por la gran cantidad de venezolanos acompañados, pero la fe crece y se alimenta, pues en el rostro de cada migrante encontramos a ese Dios vivo que nos habla a través de ellos y nos dice que debemos seguir insistiendo con asistencia, acompañamiento, sentido de esperanza y transformación.

Aquellos interesados en conocer cómo apoyar y/o participar en la Ruta de Acompañamiento al Migrante puede comunicarse con el Padre José Fernando Posada, S.J. (Josefo) al 315 7777035 o con Guillermo Guerra al 316 8177979 o dejar un mensaje en el área de comentarios de este artículo.

[1] Preferencias Apostólicas Universales, PAU2, Compañía de Jesús.